Con la Secretaría de Derechos Humanos y Géneros como querellante, culminó la tercera ronda de audiencias orales y públicas. El 3 de mayo continuarán las rondas testimoniales en el proceso de características históricas, siendo el primero en el país en investigar un genocidio sobre pueblos originarios.
Este miércoles 27, con la Secretaría de Derechos Humanos y Géneros de la Provincia del Chaco como querellante, se llevó a cabo la tercera ronda de audiencias orales y públicas del Juicio por la Verdad por la Masacre de Napalpí. Los testimonios brindados para este proceso de características históricas, continuarán el próximo 3 de mayo en Machagai.
El Juicio por la Verdad por la Masacre de Napalpí comenzó el pasado 19 de abril con un debate oral y público que investiga como crímenes de lesa humanidad el fusilamiento de los miembros de comunidades Qom y Moqoit, además de criollos, en 1924 en el Chaco.
La secretaria de Derechos Humanos y Géneros de la provincia, Silvana Pérez, aseguró: “Esto significa de manera personal y colectiva, un encuentro de voluntades. Hay que entender que hoy los derechos humanos y la Justicia visibilizan los delitos cometidos contra los pueblos originarios y sin dudas marca para la provincia del Chaco, la Argentina y toda Latinoamérica, un camino hacia una justicia, hacia un modo de Estado y de políticas públicas diferente”.
Los testimonios de la tercera jornada
Durante este miércoles, prestaron declaración en carácter de testigos, los investigadores Pedro Solans, Teresa Artieda, Laura Rosso, Gabriela Barrios, Alejandro Jasinski, Rubén Guillón, Neri Tete Romero y Luciano Sánchez, quienes realizaron el abordaje de la masacre de 1924 perpetrada para reprimir un reclamo indígena contra las bajísimas pagas que recibían en las cosechas.
Entre testimonios escuchados, se pudo visibilizar que en sus diferentes trabajos, los investigadores, docentes e historiadores, coincidieron en que, gracias a registros y documentos, queda en evidencia que las personas pertenecientes a estas etnias, además de los criollos vinculados a las comunidades qom y moqoit, sufrieron de una estigmatización constante, violencia laboral, económica y contra la niñez debido al trabajo infantil, además del acompañamiento de los medios de comunicación, en gran medida, para invisibilizar el atropello cometido contra la reducción aborigen.
El docente y escritor, Romero, se refirió a los daños colaterales que trajo aparejado el genocidio y subrayó el rol de los organismos privados y estatales al momento de justificar la masacre: “Es responsabilidad de los medios de comunicación, de la educación y del Estado, el buscar salidas colectivas que eviten la construcción de discursos que, como vimos, luego derivan en un genocidio”.
Así mismo, puntualizó: “Las consecuencias de Napalpí fueron el abandonar la propia tierra, abandonar la lengua madre, lo que le da sentido a nuestra forma de vida comunitaria, el silencio, la pérdida de la lengua qom, la pérdida de la memoria, la colonización cultural y pedagógica. No se ama lo que no se conoce”.
Por su parte, en consonancia con sus colegas, la investigadora Barrios, por aquel entonces, había un discurso dominante en la sociedad que a partir de hechos aislados de violencia comenzaron a construir una idea de “amenaza del malón” como herramienta para avalar la violenta y masiva intervención del Estado. “Hay testimonios de policías que efectivamente dan cuenta de números diferentes en cuanto a la cantidad de efectivos que estuvieron en el lugar”, especificó Barrios al exponer el análisis realizado de los documentos de la Fuerza.
Seguidamente, se reprodujo el testimonio grabado en video de Felipa Laleqori de 92 años, hija de Enrique Laleqori del pueblo Moqoit. Cabe recordar que ambos habían declarado previamente en la causa Judicial como hijos de sobrevivientes de la Masacre de Napalpí, al haber recibido el testimonio de su madre y padre, parte de la tradición indígena del relato oral como forma de construir de la memoria histórica.
Esta audiencia, al igual que sucederá en las siguientes, contó con el acompañamiento de comunidades indígenas y agrupaciones de Derechos Humanos y público en general, convirtiéndose en un hecho histórico para toda la sociedad. También, estudiantes de diferentes instituciones educativas de la provincia, fueron partícipes de este proceso judicial, con la presencia de chicas y chicos de la ENS N° 88 “Libertador General Simón Bolívar” y estudiantes de Juan José Castelli.
Crímenes de lesa humanidad
El Juicio por la Verdad por la Masacre de Napalpí, el primero en el país en juzgar un etnocidio como crímenes de lesa humanidad, es posible gracias a la articulación de la lucha de las comunidades indígenas, las organizaciones comunitarias, las organizaciones de derechos humanos, la investigación de historiadores como Juan Chico, la Fundación Napalpí, la voluntad y trabajo de la Justicia Federal y una decisión política del Estado provincial de estar a la altura de las circunstancias para dar el acompañamiento merecido.
El 3 de mayo, esta vez desde la Casa de las Culturas de Machagai, prestarán declaración los descendientes de sobrevivientes de la Masacre; Matilde y Salustiano Romualdo, Sabino Irigoyen, Cristina Gómez, Lucia Pereira, Cristian Enríquez y Guillermo Ortega y los investigadores indígenas Qom y Moqoit: Raúl Fernández, Raquel Esquivel, Gustavo Gómez, Viviana Notagay, Juan Carlos Martínez y Florencio Ruiz.
Tal y como sucedió en las jornadas anteriores por iniciativa de la Secretaría de DDHH y Géneros, quienes así lo deseen quedan invitados y podrán seguir la transmisión en vivo de las audiencias a partir de las 8 de la mañana a través de la cuenta oficial de Youtube de Chaco Gobierno de Todos.