Nuestra doctrina simple, práctica, popular, profundamente humanista y cristiana defiende solamente una sola clase de hombres y mujeres, las y los que trabajan.
La dignidad del pueblo trabajador constituye su elevación moral plasmado en derechos concretos que transforman su calidad de vida para siempre.
Para aquellos héroes y mártires que honraron su vida con el trabajo y en las luchas reivindicativas de sus derechos. Para los que nunca dejaron de soñar y de amar.
Para recordar a Juan Domingo Perón y los derechos inalienables de la jornada laboral, vacaciones pagas, aguinaldo, jubilaciones, obra social, convenciones colectivas, salario mínimo vital y móvil, sindicatos fuertes por rama de actividad, CGT como columna vertebral del Movimiento Nacional Justicialista.
Para reivindicar la Constitución de 1949, el fuero laboral y la concreción de derechos y el doble voto sindical de la CP de 1951 en Chaco.
Porque nos asiste nuestra historia y nos compromete nuestro futuro ¡Feliz día del trabajador!