Las mujeres jefas de hogar o que sufren violencia doméstica y las personas trans, en situación de vulnerabilidad podrán incorporarse en el cupo de acceso a una casa. Esa situación será posible de aprobarse un proyecto de modificación de la Ley 24.464 de Sistema Federal de Vivienda (inciso e, artículo 12) que impulsa la legisladora nacional por el Chaco, Lucila Masin.
La propuesta recupera una sanción anterior, de abril de 2019 (0536-D-2018) por la que las diputadas Cristina Álvarez Rodríguez y Silvina Frana incorporaron la reserva de un 15% para jefas de hogar con hijos e hijas menores a cargo y sin propiedad de una vivienda. A ello se suma un 10% en el cupo para para las víctimas de violencia doméstica y personas trans, en situación de vulnerabilidad social y riesgo habitacional.
La iniciativa parlamentaria viene a fortalecer políticas públicas y recursos económicos del Estado para una población que demanda una oportunidad de reconstruir un proyecto de vida autónomo (ley 26.485 de protección integral).
Para las mujeres que conviven con un agresor la violencia doméstica está íntimamente relacionada con la económica y patrimonial. Y muchas veces el contexto que la rodea, vecindario, parientes, refuerzan esa relación de poder y de abuso. “No desconocemos la existencia de refugios y hogares transitorios para salir de la emergencia, pero a la larga no dan una respuesta definitiva, que es lo que se propone este proyecto”, fundamenta Masin.
Mientras que para las personas trans y travestis “acceder a un lugar propio para vivir significa -en la mayoría de los casos- una oportunidad de reconstrucción de un proyecto de vida autónomo, que en casos extremos puede llegar a salvar vidas”, puntualiza la diputada del Frente de Todos.
Tanto la obligación de permanecer con un violento o sufrir la expulsión de la propia familia por razón de género es una situación que la propuesta legislativa busca romper. En lo que va del año se cometió un femicidio cada 30 horas en la Argentina y que las personas trans y travestis además de ser excluidas del mundo laboral su familia también suele expulsarlas del hogar no bien asumen su identidad de género.