En Bella Vista, la fatídica noche del 8 de septiembre de 1989, seis artistas chamameceros perdieron la vida, luego de que el micro que los transportaba cayera a las aguas del Paraná.
Se cumplen este viernes 34 años de la tragedia vial ocurrida en la costanera de Bella Vista, donde un colectivo sin frenos cayó de trompa a las aguas del río Paraná y se cobró la vida de siete chamameceros y los dos choferes del micro.
El accidente, que cobró la vida de ocho personas, conmovió a las comunidades chaqueña y correntina. Zitto Segovia, Johnny Behr, Carlos Chango Paniagua, Daniel Yacaré Aguirre; los hermanos Miguel Angel y Joaquín Sheridan, fueron los músicos desaparecidos en la tragedia y los dos choferes.
El accidente conmovió a los ambientes artísticos y culturales de las dos provincias, dados la trayectoria y raigambre popular de los músicos desaparecidos, lo que dio paso a una emocionada vigilia en espera de la recuperación de los cuerpos.
Se la conoció como la “tragedia de los chamameceros” en un hecho que enultó a toda la familia de músicos que tiene heridas aún abiertas por ese luctuoso episodio.
Era integrantes de una selecta embajada de intérpretes que se hallaba de gira, y fueron reunidos para representar a Corrientes en Europa, (más precisamente en Niza, Francia) algo que finalmente jamás ocurrió.
Ese día murieron ahogados Zitto Segovia, el “Gringo” y Michel Sheridan; Leónidas “Chango” Paniagua; “Yacaré” Aguirre, y Johny Behr; además de los choferes del colectivo José Toledo y Walter Blas Gómez.
La embajada chamamecera estaba integrada además por Santiago “Bocha” Sheridan y Ricardo Tito Gómez, quienes integraban el Grupo Reencuentro. También Ricardo Scófano y Oscar Espíndola del Trío Corrientes junto al “Chango”.
Ese 8 de septiembre estuvieron en una emisora de radio de Bella Vista, donde promocionaban el mega show que tenían preparado, que incluía shows teatrales y de baile, preparados para un espectáculo que prometía convertirse en innovador.
El caso del cantautor Mario Boffil decidió a último momento bajar del colectivo e ir hacia otro lugar.
El resto, abordó el micro para ir hacia la costanera de la ciudad, mientras esperaban por la gran actuación de la noche que se iba a realizar en el Club Juventus de esa ciudad. La tragedia no dejó que nada más ocurriera.
“Musiquero que te fuiste, por la senda azul del agua, corazón chamamecero, que te volviste calandria; aquí estamos tus amigos, parados en la barranca, frente al remanso infinito, con estas flores del alma”, reza una canción escrita en honor a la recordada tragedia, escrita por el ya fallecido padre Julián Zini, con música del sobreviviente de aquella nefasta jornada, Mario Boffil.
El accidente se produjo luego de que el grupo llegó a Bella Vista por la tarde y adelantó una visita a la FM y al canal de cable local para promocionar el espectáculo que presentarían por la noche. Parte del grupo ya se había dividido, entre los que aprestaban a revisar equipos y el escenario del club Juventud y los que fueron a los medios.
Luego de la visita a la emisora instalada en la zona del puerto, los músicos abordaron el micro para dirigirse al hotel y realizar un último ensayo conjunto antes del show. El colectivo de la empresa Iberá hizo un rodeo hacia el hotel por la costanera y de inmediato el chofer gritó que fallaban los frenos, advirtiendo que caían al agua. Luego de sortear dos curvas, el micro salió de la calle, embistió un árbol y arrancó finalmente las barandas de la costanera, cayendo al río, crecido y muy agitado, en el que desapareció en menos de dos minutos.
Salvaron su vida, logrando escapar del colectivo Carlos Miño, César González, Ricardo Scófano, Ricardo Tito Gómez y Cacho Espínola.
Desde el momento mismo de la desgracia, rescatistas, personal de Prefectura, pescadores y vecinos de Bella Vista se sumaron a la angustiante búsqueda y la población del lugar se sumó dolorida y solidaria a la vigilia que también se inició en Resistencia y Corrientes capital.
Recién a los dos días se pudo reflotar el colectivo, para constatar que no estaban allí los cuerpos desaparecidos, que no lograban ser encontrados por los buzos de Prefectura.
Finalmente el jueves 14 fueron rescatados los cuerpos de tres de los ocho desaparecidos iniciales: Paniagua, Daniel Aguirre y el chofer José Toledo fueron encontrados por Prefectura.
Un día después, a 3 kilómetros del puerto de Bella Vista en proximidades de Itá Punta, fue encontrado el cuerpo de Zitto Segovia.
Jamás se recuperaron los cuerpos de Johnny Behr, Joaquín y Miguel Ángel Sheridan y el restante chofer del micro, Walter Blas Gómez.
La aparición del cadáver de Zitto Segovia dio paso entonces a los funerales populares más grandes que recuerde esta provincia.
Zitto Segovia figura emblemática de la música folclórica chaqueña. Hizo sus primeros pasos en el dúo Las Voces del Quebrachal, conformó en México el trío Los Huincas, y cuando falleció integraba La nueva trova chaqueña. Su temprana muerte lo sorprendió mientras era indicado como una de las promesas renovadoras de la música litoraleña. Su celebración más recordada es el premio de Revelación y Consagración que se le otorgó en el Festival de Cosquín de 1989.
Zitto Segovia era hijo de Ramón de la Rosa Segovia, conocido en el ambiente musical por ser el guitarrista del grupo Marcos Bassi. Cuando el dúo de Las Voces del Quebrachal comenzó a hacerse conocido viajó a Buenos Aires con intenciones de dar impulso a su carrera, pero volvió a Resistencia en el año 1978. Al año siguiente viajó a México invitado por el Fondo Nacional de las Artes, pero nuevamente regresó al Chaco a fines de 1980. Se reconoce esta como su mejor etapa, cuando musicalizó letras de conocidos autores locales, utilizando un ritmo que él popularizó: la charanda, cercano al chamamé tanto en sus orígenes como zona de influencia. En 1986 llegó su reconocimiento nacional cuando ganó en el Festival de Cosquín el premio a Mejor solista vocal masculino. Actuó en diversos festivales folclóricos y nacionales y obtuvo su mayor premio en 1989, con el premio Consagración que ganó en el Festival de Cosquín. Pocos meses después, el 8 de septiembre del mismo año, falleció en un trágico accidente sobre la costanera de la localidad correntina de Bella Vista, cuando el colectivo que lo transportaba junto a otros músicos se desbarrancó sobre el río Paraná muriendo todos sus ocupantes. Su cuerpo fue encontrado recién al día siguiente, y desde entonces todos los años la comunidad de Bella Vista recuerda el hecho como la tragedia de Bella Vista.
En su honor fue bautizado el Domo del Centenario Zitto Segovia, importante auditorio de su ciudad natal. La Legislatura Chaqueña instauró el 8 de septiembre (cuando se recuerda su fallecimiento) como día del Cantautor Chaqueño.