Las sesiones de Bizarrap son ya un acontecimiento musical capaz de romper cualquier récord. En un video que se había vuelto viral en su momento, Duki –de quien Bizarrap siempre se mostró fan–, aseveró que grabaría la muy pedida sesión el día que el famoso y joven productor se adecue a su liga.
Esa declaración se trató de un beef: así se conoce a ese tipo de contrapuntos en el mundo de la música urbana, una combinación de sarcasmo y frontalidad maleva. Ese beef nunca perjudicó la amistad y el espíritu de cooperación entre ambos. De hecho, ya habían colaborado en tres canciones, la más significativa siendo Malbec, uno de los temas más queridos por los fans de Duki, que contó con la producción de Bizarrap y que hace una semana hicieron en el cuarto Vélez que llenó Duki.
Ahora que el estatus de ambos artistas se emparejó, esta colaboración que estrenaron hace poco más de 48 horas marca uno de los hitos de la música urbana. En su primer día, la Sesión#50 debutó en el puesto número 3 de Spotify Global, llegando a 5,653 millones de streams. Ese número constituye el mejor debut de un artista argentino en dicha plataforma. La Sesión#50 logró el primer puesto en las listas de dieciocho países en Spotify, incluidos Argentina, España, México, Puerto Rico y Colombia, y suma casi treinta millones de reproducciones en todas las plataformas.
Estrategia. Las sesiones de Bizarrap, con sus respectivos videos, fueron creciendo, hasta lograr tres cosas que los tiempos exigen: constancia, lenguaje propio y mística. Esos componentes, presentes en la mayoría de los formatos exitosos, suelen ser motorizados por un lenguaje que los seguidores reconocen. Uno basado en gestos coreografiados, escenografías minimalistas y mensajes crípticos. Dichos mensajes a veces tienen como función generar la expectativa de la audiencia a través de diferentes estrategias. Por ejemplo, siempre se supo que la 23 estaba reservada para Paulo Londra, por su afinidad con Michael Jordan, que en los Chicago Bulls usaba ese número, luego glorificado también por otra leyenda del básquet, Lebron James. Luego tocó el turno de saltearse la 42, de la que hay también teorías y rumores y finalmente, cuando todo estaba listo para la número 50, el productor decidió omitir la cifra del contador.
De la sesión con Villano Antillano a la de Quevedo, hubo un paréntesis del que se debatió largo y tendido en las redes. Se llegó a especular con algo un tanto descabellado, pero, por la liga en la que se maneja el productor, posible: que habría quedado reservada para 50 Cent, uno de los raperos más importantes de la historia. Pero no. La 50 fue para Duki, que durante años había jurado que no se sometería a la presión y la expectativa de un ejército de seguidores que apoya y acompaña, pero que también exige.
Con la premisa de que él hacía música por amor, por deseo, por diversión, ese grado de exposición se le presentaba esquivo y en reiteradas oportunidades se negó; finalmente, algo lo hizo recapacitar. Todo cambió con una promesa, hecha unos días antes de que la Selección argentina se coronará en y ante Brasil, en 2021. “Si Argentina gana la Copa América hacemos la sesión con Bizarrap. Corta”, tuiteó Duki en julio de 2021. En el cierre de su primer Vélez, el trapero les confesó a los cuarenta y cinco mil asistentes: “La session con Bizarrap sale antes del Mundial, quédense tranquilos”. Luego, el productor refrendó ese anuncio.
Lo que no se ve. El jueves 17 de noviembre, la Sesión#50 tuvo en YouTube un promedio de dos millones de vistas por hora, y al cierre de esta edición supera los veintiún millones. Y la producción, llamativa: según Dale Play Récords, sello de Duki y Biza, una orquesta de ochenta músicos participó del beat. Este es un detalle para nada normal en el género urbano.
En cuanto a la sesión en concreto, se ajustó a la tónica autobiográfica de algunas pasadas. Para muchos artistas que entran al estudio de Bizarrap, la sesión es una plataforma de exposición inmensa, no importa el parámetro que se maneje. Por ejemplo, la permanencia durante semanas de la sesión anterior –con el español Quevedo, en el Top 50 de Spotify–, multiplicó la masividad de esa tarima audiovisual de difusión, referencia insoslayable para todos los fanáticos del género urbano. Ni hablar del hitazo de Bizarrap con Nathy Peluso, que por ahora resulta imbatible. Y Duki estuvo a la altura de las circunstancias: la letra es un recorrido de su carrera desde el Quinto Escalón a hoy. Y lo mejor: esta es sólo la primera parte de la poderosa dupla de género urbano argentino.