El Gobierno nacional anunció la creación de un fondo de emergencia hídrica de $1.000 millones para asistir a provincias y localidades afectadas por la bajante histórica del Río Paraná y definió la puesta en marcha de procedimientos estipulados en el Sistema Nacional de Gestión Integral del Riesgo (Sinagir), durante una reunión del Comité de Crisis conformado para monitorear la situación.
El encuentro realizado ayer fue encabezado por el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, y participaron la ministra de Seguridad, Sabina Frederic; el ministro de Ambiente y Desarrollo Sostenible, Juan Cabandié, además de funcionarios de las carteras de Obras Públicas e Interior.
A través de la coordinación entre los distintos organismos, se analizaron escenarios posibles a corto y mediano plazo frente a la situación de emergencia por el déficit hídrico en la cuenca del Río Paraná.
El pasado jueves ese curso fluvial alcanzó una marca de 18 centímetros a la altura del puerto de la ciudad de Santa Fe, la menor desde 1970.
La mesa de trabajo, conducida por Cafiero, le asignó al Sinagir, cuya secretaría Ejecutiva depende del Ministerio de Seguridad, la responsabilidad de centralizar la información técnica oficial, la realización de un análisis integral de la situación y el monitoreo en forma permanente de todos los aspectos que derivan de esta bajante a través del Sistema Nacional de Alerta Temprana y Monitoreo de Emergencias (Siname).
De esta manera se conforman mapas dinámicos de riesgo que permiten planificar con mayor eficiencia las acciones de apoyo y mitigación federal y la toma de decisiones.
Trabajo para mitigar consecuencias
A través de diferentes acciones, el Gobierno trabaja para mitigar las posibles consecuencias sobre la población y el ambiente en las provincias de Formosa, Chaco, Corrientes, Santa Fe, Entre Ríos, Buenos Aires y Misiones.
El Ministerio de Obras Públicas destinará los recursos del Fondo de Emergencia Hídrica para trabajos en las tomas de agua sobre el río Paraná y arroyos interiores; la adquisición de bombas y dragados para tomas de agua, adecuación de canales, cañerías de conducción y aducción e impulso, y pontones para tomas temporarias, cuyo relevamiento está haciendo la Prefectura Naval Argentina (PNA).
Además, pondrá en marcha un Programa de Emergencia Hídrica que prevé verificar situaciones críticas que se produzcan en el territorio argentino a lo largo de los ríos Paraná, Iguazú y Paraguay, especialmente asociadas al abastecimiento de agua potable y generación de energía eléctrica.
En la bajante actual del Paraná, la más importante de los últimos 77 años, son factores determinantes el déficit de precipitaciones en las cuencas brasileñas del río Paraná y del río Iguazú, y la sequía.
Fuente: Télam