Para Lalo: Pedro Hernández
"Una flor sobre su tumba se marchita,
Una lágrima sobre su recuerdo se evapora,
Una oración por su alma la recibe Dios". ( San Agustín)
Dicen que la vida es un instante, pero cuánto duele que tu paso por ella haya sido tan fugaz.
El vacío de tu ausencia nos duele, nos quiebra, nos derrumba. Tantas cosas haz dejado incompletas...Siempre esperaré tu mensaje diciéndome "prepara los mates que ya salgo de guardia", "hoy fue un día agotador pero lo que más me alegra es llegar del trabajo y pasar tiempo con ustedes, los amo mis amores".
Pero no te fuiste del todo, porque dejaste la mitad de tu corazón acá bien cerquita de nosotros: en tu hijo, tu pequeño y gran compañero.
Responsable, soñador, siempre con grandes proyectos, siempre dispuesto a ayudar. Eso fuiste, eso sos. Porque estuviste donde nadie más quería estar, fuiste donde nadie más quería ir: al frente de batalla contra este enemigo invisible.
Hoy nos toca despedirte, como lo que sos: un HÉROE. De esos que nadie olvida, de esos que viven en la memoria colectiva, de esos que todos dirán ¡qué buen tipo!
Dios de seguro ya te guardo un lugar privilegiado junto a Él, a nosotros nos queda esperar ese momento de reencontrarnos y cuando llegue, esperamos con los brazos abiertos y con tu uniforme azul.
Volá bien alto, abraza a Nuestro Padre Dios y por favor, vení y visitanos de vez en cuando, en algún sueño, en el susurro del viento o en los recuerdos fugaces.