Caso Leonela: Almeida confesó que Giaccone la mató y encubrió la muerte
Uno de los detenidos por el presunto femicidio apuntó contra su compañero, indicando que el disparo "fue por accidente", pero que fue quien "destruyó el teléfono" de la víctima.
Cristian Almeida, uno de los dos imputados por el homicidio de Leonela Ayelén Giménez (25), prestó declaración este miércoles ante la Fiscalía y ofreció un relato crudo de las horas previas al disparo que terminó con la vida de la joven. Entre drogas, vino y una supuesta "broma" con un arma, la versión de Almeida complica al otro acusado Emanuel Giaccone (31), a quien señala como autor del tiro y de maniobras posteriores para encubrir el hecho.
Según Almeida, los tres partieron en auto desde Sáenz Peña con rumbo a la Ruta 95, presuntamente "para pasear", sin un destino pactado. En el trayecto, dijo, Leonela insistía en que le "metan un tiro" mientras señalaba su frente y su pecho, como si desafiara a Giaccone a disparar. El arma—descrita como "negra, de unos 20 centímetros"—yacía entre los asientos, cerca de la palanca de cambios.
PARADA, VINO Y SEXOAl llegar a una zona rural camino a Villa Ángela, la joven pidió detenerse para ir al baño. Descendieron del vehículo, llenaron nuevamente vasos de vino y, siempre según Almeida, Leonela y Giaccone mantuvieron relaciones sexuales detrás del auto, mientras él se quedó adentro jugando al casino virtual en su celular.
Tras la intimidad, la pareja "se lavó con vino" y volvió a manipular el arma: primero la tomó Leonela, luego Giaccone. "Ahí escuché que a Emanuel se le escapó el tiro y empezó la locura", declaró el imputado.
BÚSQUEDA DEL CASQUILLO Y DESTRUCCIÓN DEL CELULAR
Almeida relató que, presa del pánico, pidió ir a la policía, pero Giaccone se negó. En lugar de eso, regresaron a Sáenz Peña y se dirigieron al domicilio de un amigo para pedir ayuda. Juntos volvieron a la escena con la intención de recuperar el casquillo de la bala, pero no lo hallaron.
De regreso, pararon frente al zoológico local. Allí, siempre según el testigo, Giaccone destruyó el teléfono de Leonela y arrojó los restos al suelo para eliminar conversaciones comprometedoras.
"TEMÍ POR MI FAMILIA"
Almeida aseguró que no habló antes "por miedo" a represalias: "La familia de Giaccone tiene poder y contactos. No soy un asesino y no quise estar involucrado". También dijo que Giaccone le ordenó borrar mensajes con Leonela. Pidió protección para su hijo y su expareja ante posibles amenazas.
De esta forma, el testimonio de Almeida se incorpora al expediente como pieza clave para reconstruir el momento del disparo y las supuestas maniobras de encubrimiento posteriores.
El Ministerio Público evaluará la veracidad del relato con peritajes balísticos y análisis de telefonía, mientras que la defensa de Giaccone —quien permanece detenido— insiste en su inocencia y cuestiona la credibilidad de Almeida
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