Campos, departamentos, viajes al exterior, plata en efectivo, dólares y cocaína. Auge y caída de Ramón “Tito” López, el dirigente social más “extrovertido” del norte argentino.
El miércoles pasado, menos de 24 horas después de pedir su detención, el fiscal penal de Chaco, Patricio Sabadini, recibió la noticia de que estaban deteniendo al piquetero más temido de la provincia tras la caída del “Clan Sena”. Un año atrás, Emerenciano Sena, Marcela Acuña –su esposa- y su hijo, César, eran detenidos por el femicidio de Cecilia Strzyzowski.
En aquel momento, entrevisté a Ramón “Tito” López que lucía la misma camisa roja y el sombrero con el que se encontraba en la plaza 25 de mayo, en pleno centro de Resistencia, provincia de Chaco. López descreía de la justicia y defendía a su amigo Sena al que lo imputaban de haber sido parte del asesinato de la joven esposa de su hijo. Denunciaba “la mafia que es Chaco” y me advertía de dónde estaba parado: “Acá el negocio de Capitanich fue armar fundaciones”. Jorge Milton Capitanich se prepara para competir por una banca de senador en las elecciones del año próximo. Sus cuatro laderos en la calle están presos: el citado Sena, Quintín Gómez por intento de violación, Carlos Barraza y el reciente Tito López.
Cuatro días después de su detención, Sabadini exigió la entrega de las vacas de López al Mercado Central y le pidió al juez más tiempo para contabilizar todo lo encontrado. El martes 17 declarará Tito López. Sabe mucho. Hasta el momento del cierre de esta nota, a sus tres hijos –también detenidos- a él y a su esposa les encontraron 40 mil dólares en efectivo, más de tres millones de pesos –sólo en el campo Cote Lai había 1800 billetes de 100 pesos-, 11 departamentos en la provincia, campos por 5000 hectáreas y 800 cabezas de ganado.
En el citado Campo Cote Lai había 373 billetes de 100 dólares, 8 billetes de 50 dólares, 1800 billetes de 1000 pesos, 47 billetes de 100 reales, 3 billetes de 50 reales, 2 billetes de 20 reales, 1 billete de 10 reales, 126 cartones de cigarrillos y 57 atados de cigarrillos. López había amenazado con pasar las próximas vacaciones en las playas de Brasil junto con su familia. El fiscal entendió que había peligro de fuga. La justicia actuó en menos de 24 horas y lo detuvo en medio de incidentes entre sus seguidores y la prensa local.
También encontraron 25 cartuchos calibre 16, 61 calibre 20, 95 calibre 12/70, 12 calibre 22 corto, 9 calibre 38 corto y 6 vainas calibre 38. No sólo eso. En el domicilio ubicado en calle Mitre N° 1300 de Resistencia, bajo la orden De allanamiento N° 07/24) se secuestraron 0.5 gramos de sustancia estupefaciente, o sea cocaína.
La policía fue recibida por Néstor Francisco Montiel, que se presentó como el dueño del lugar. El domicilio figuraba como “domicilio fiscal”. Por eso el fiscal entendió que la cocaína es de López pues esa casa figuraba como su domicilio real más allá de lo que dijo Montiel en el allanamiento.
En la casa había una bolsa tirada en la basura con 8 cartuchos calibre 12; 1 cartucho calibre 16 color rojo; 1 cartucho calibre 36 color rojo, 1 cartucho calibre 45, 1 cartucho calibre 38, 1 cartucho con la inscripción 1956, 1 cartucho con la inscripción 1943, 1 cartucho con la inscripción 1947, 1 cartucho con la inscripción 1941, 3 cartucho con la inscripción 1125, y 1 vaina servida calibre 38.
En otro campo, ubicado en la ruta provincial 49, altura kilómetro 17, se encontraron 126 cartones de cigarrillo extranjero marca Rodeo, traídos, según entiende la justicia, de manera ilegal. Por eso, Sabadini imputó por contrabando y por tenencia de estupefacientes a Tito López, además de por asociación ilícita y lavado de activos, denuncia original.
Allí había también una escopeta calibre 20 sin marca y serie visible, “un rifle aire comprimido modificada la estructura para calibre 22 (tipo tumbera) con punta percutora sin marca y serie visible, sin verificarse constancia de legitimo usuario” según consta en el expediente judicial que accedió NA. En el galpón familiar, sito en Mitre y Uruguay, encontraron 106 municiones y una pistola “doble caño Yuxtapuesta calibre 22 marca Rossi, 1 Escopeta calibre 16/70, Como así se hallaron un total de 150 Bresas de cigarrillo marca Rodeo, sin aval aduanero”.
Tito López denunciaba sin decir. Se mostraba como un outsider y le encantaba acercarse a los periodistas que lo mencionaban e investigaban. Siempre atendía el teléfono y ofrecía grandilocuentes titulares a la prensa nacional. Fuimos pocos los que lo entrevistamos en su época de esplendor. Hablaba del hambre y de los pobres. Sin embargo, según el expediente judicial, en uno de sus campos, mantenía a sus empleados en situación de “servidumbre” y recibían, como pago, alimentos del Ministerio de Desarrollo Social local.
El gobierno de Capitanich le dio lo que quiso. Le cedió tierras como las que había recibido la Fundación de la familia Sena en la que terminarían quemando los restos de Cecilia. Según Sabadini, López ocupó 1200 hectáreas cercanas a Cote Lai, pertenecientes a un grupo empresarial de Buenos Aires, donde adquirió más de 800 vacas para su emprendimiento personal. Ese campo había sido ocupado hace siete años.
El verdadero dueño de las tierras se llama Atilio Gibertoni y es el dueño de Timbó SA radicado en Buenos Aires. Tito invirtió en el campo e incorporó postes y cercas. En medios locales, Tito había admitido que la compra del campo era irregular pero le echaba la culpa a su Vendedor un tal Luis Gómez. El campo tiene 1250 hectáreas. Nada mal para el piquetero. Mientras compraba el campo de forma irregular, Tito le ordenaba a uno de sus hijos, David, a comprar 154 cabezas de ganado por unos 17900 dólares. No hay facturas del pago. Tampoco de sus viajes a Neuquén para esquiar con su familia.
Ante la AFIP, Tito se mantenía como un fantasma. No realizaba compras ni tenía ingresos. Pero su fundación seguía creciendo.
Tal vez, era cierta la confesión que me había dicho en televisión.
Sus padrinos políticos, tiemblan. Mientras Tito López era detenido, Axel Kicillof nombraba en el Banco Provincia a Capitanich como asesor económico. Emerenciano y Tito les fue muy bien con la ayuda de Coqui. No fueron los únicos.