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La carta de Cristina Pérez a Cristina Kirchner: "Deje de especular con su conveniencia"
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La carta de Cristina Pérez a Cristina Kirchner: "Deje de especular con su conveniencia"

La conductora de Cristina Sin Vueltas, en Radio Rivadavia, criticó el silencio de la vicepresidenta de la Nación frente a los hechos que acontecieron en el país en los últimos días.


Carta a la vicepresidente Cristina Fernández de Kirchner

Señora vicepresidenta, ya que usted no escribió ninguna carta, justo ahora que se la necesita, me permito adelantarme para pedirle que lo haga. Para pedirle por esta vía, que suele ser de su preferencia, que por favor, por esta vez, en la que el país vuelve a estar al borde de un default y con casi la mitad de sus habitantes viviendo en la pobreza por las políticas ruinosas de su gobierno, deje de especular con su conveniencia, como lo viene haciendo desde que eligió a un candidato a dedo para poder intervenirle el gobierno, y clarifique de una vez su posición.

Créame, si las cosas funcionaran como las instituciones mandan, no me gastaría en enviar estas líneas, pero como usted tiene obstruido su propio gobierno y al país todo, alguien tenía, al menos, que dejárselo por escrito. Es difícil entender que usted elija esta forma de comunicarse, más común de las personas que están lejos, a la distancia, en un tiempo en el que todos estamos cerca y a una videollamada de dialogar. Pero como todo eso no pasa entre usted y su presidente, me permito recomendarle que en medio de este desastre, quizás sea apropiado subsanar la comunicación interna, al menos para cumplir con sus deberes, ambos.

Como usted sabrá, aunque elija ignorarlo, la economía está postrada por cepos que usted se empeña en aplicar como castigo y como forma inútil de quedarse con los dólares, sin haber aprendido después de tantos años que los cepos no sirven para nada y que generan todo lo contrario. Sería ingenuo a esta altura siquiera intentar hacerle notar los beneficios de la libertad y que los derechos a comerciar figura en la Constitución.

Solo tome nota de las reservas casi inexistentes de nuestro Banco Central. Pensando en su lógica, solo intento decirle que esto ya no puede convenirle. Que quienes le creyeron que ustedes volvían mejores, y ahora solo pasan penurias intentando llegar a fin de mes, con una inflación imparable que consume los salarios y también los planes sociales, afectando sobre todo a los que menos tienen, van a ser cada vez menos los que le festejen el misterio. Que en el Conurbano, la cosa está todavía peor que en el resto del país y que a la pobreza inmoral y a la inseguridad insoportable se suma el efecto aniquilador del narcotráfico y que muchas madres en estos días, han visto caer a sus hijos envenenados por las drogas, algo a lo que tampoco usted se refirió públicamente a pesar de ocurrir en su territorio de máximo poder y de ser un drama inconmensurable.

Le soy sincera, esta no es una carta irónica ni oportunista. Lo ideal sería hacerle preguntas en una entrevista, o que usted de tanto en tanto diera una conferencia de prensa pero, imagínese, el país está intentando descifrar qué harán todos ustedes, los que gobiernan, con nuestro destino, leyendo sobre todo sus silencios, señora vicepresidente, como si fuera el Oráculo de Delfos.

Esta, por lo tanto, me parece una forma creativa si se quiere, de dejar al menos planteada las preguntas, de no aceptar el juego tan poco democrático de su alta de explicaciones y de su poco apego por la rendición de cuentas. Porque a esta altura, así como había ministros que ni funcionan, hay un país que no funciona. Y un país es mucha gente, somos todos, es mucha gente que esta exhausta no solo por la crisis si no por la falta de esperanza entre tanta decadencia consentida y provocada, porque sus hijos se van o por directamente no tienen futuro.

Entiendo, por sus antecedentes, que esta dispuesta a combatir la baja de subsidios en otro castigo a la clase media. Sepa que a esta altura, esa parte del país ya esta acostumbrada a su discriminación y solo conseguirá profundizar su hartazgo. No le digo que no solucione los problemas y que sea demagógica con las tarifas, eso ya lo hizo. No funcionó y solo redundará en que se corte la luz y que el gas sea impagable pero al menos, por una vez, decida ser justa. Su forma de hacer política convirtiendo a todo el que difiere en sus posiciones con enemigos, créame, a esta altura, además de ser emocionalmente dañina es absolutamente conducente.

En las últimas elecciones, a su espacio no lo votaron 7 de cada 10 argentinos. No cabe más el pozo, no los puede tener a todos de enemigos. Aunque sea tenga parámetros magnánimos en defensa propia. Es raro estar escribiéndole una carta a una vicepresidente de la nación, pero la verdad, señora, como país estamos empantanados y ¿sabe qué? los pantanos apestan. En ellos, no se avanza. En ellos, uno se hunde. Le aseguro que la mayoría del país, de los dos lados de la grieta, está desesperado por salir adelante, por recuperar un poco el sentido común en el día a día, por tener algo, siquiera algo, un poquito, de certeza.

Entiendo que usted, aunque por momentos parezca que se la tragó la tierra, anda entre nosotros, como cualquier mortal. Supongo que como táctica política, tal vez le sirve el misterio de sobrevolar la realidad como un ser superior, pero como se supo de usted por otro de sus embates a la corte, calculo de que se entera de las dificultades que hay aquí abajo, donde el 60% de los chicos, por lo menos, vive en un hogar pobre.

Usted, que fue dos veces presidenta, quiero creer que sabe bien que una cesación de pagos solo empeora las cosas. Entiendo que solo piense en la próxima elección y no en la próxima generación, no porque lo comparta, sino porque parece la lógica enloquecida de una clase política que parece volverse contra la sociedad que la sustenta. Pero créame, evitar caer por el precipicio, también es por su bien.

Imagino que debe estar preocupada por sus causas judiciales y que la indignación por zafar de ellas en vez de responder como cualquier hijo de vecino ante la Justicia, le enfierece hasta el punto de la venganza permanente. Ni margen para eso quedará si la situación no deja de agravarse. No tome a mal estas líneas, creo que decir lo que pensamos, aunque sea critico, es lo que corresponde en los vínculos. En todos. Y además, ejerzo convencida mi derecho a expresarme en libertad. Por otro lado, como usted le ha dado entidad a esta forma de comunicarse, quizás pueda ayudar a romper el silencio o dejar sentado al menos, lo pernicioso e increíble que resulta con los problemas que tenemos, ver que desde arriba, por momentos, solo se dedican a profundizarlos.


Sin más consideraciones y agradecida por su atención, la saluda atentamente Cristina.



Fuente: Noticias Argentinas


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